Cuenta una leyenda, que una vez, hubo una mujer, que logró traspasar el más puro significado de los colores. Inició un largo viaje desde que empezó a existir. Tiñó cuerpo y alma cada vez, de un distinto color. Caminando por cada uno de ellos, se dejó llevar por todos ellos. A cada paso una emoción distinta, una nueva experiencia con la que crecía. A cada color, una nueva sensación. Y así fue como ella los sintió...
Nació en la pureza del BLANCO, llena de vida, vacía de experiencias. Un nuevo mundo, iluminaba su mirada. Pequeña, frágil y con tanto por descubrir, inició el principio de un largo camino. Los puños cerrados, los ojos bien abiertos, tanto por hacer, tanto por aprender, sin conocer el significado de la palabra miedo, vestida completamente del inmaculado blanco, se sentía capaz de enfrentarse a mil peligros, aún por ella desconocidos.
Acurrucada en el ombligo de "Madre Naturaleza", hizo de tronco sus pies, hizo de ramas sus manos. Se tornó VERDE todo su ser. De sus dedos brotaban semillas, cada semilla, una nueva vida. Parió todo un bosque de árboles sembrados, hasta que, una a una, todas sus hojas, fueron cayendo. Envejecer, para de otro fruto, volver a nacer. Un círculo que se cierra y se abre, un morir y un nacer constante.
Su cuerpo se hizo agua al llegar al mar AZUL. Se dejó llevar por el vaivén de las olas, empaparon hasta su alma, de amor la volvieron loca, bailó a su son, flotó, se hundió, alegres y caprichosas, cuando de ella se cansaron, la dejaron en una orilla para no verla más. Se hallaba de nuevo en tierra, ya no era agua, pero su cuerpo se volvió a mojar. Gotas de lluvia, corrían por su piel. Una nueva sensación, otra vez loca de amor...
Al llegar las tardes, nubes de malva, pintaba en el cielo con sus propias manos. Contemplaba como un gran sol NARANJA, apagándose, de ella se despedía, dando paso a la noche, saludando a la nueva luna. Era capaz de pintar cielos, despedir soles, saludar a lunas, de crear todo de la nada, de sentirse libre, de sentir que podía andar por un mismo camino, usando cada vez, distintos pasos.
Pintaron el odio y la ira de AMARILLO su corazón. Fueron malos tiempos, en los que sólo veía flaqueza en todo lo que hacía. Para liberar su rabia, buscó enemigos a los que enfrentarse, a cada batalla que ganaba, un estúpido orgullo la llenaba, en una de ellas, fue vencida y, aunque sintió que había perdido, fue la que le dio el valor para teñir su corazón de un nuevo color.
Una gran sonrisa se dibujó en su rostro, al ver a unas niñas con trenzas en el patio de una escuela. Notó el dulce sabor de una nube de algodón bajando por su garganta. Quiso volver a su niñez, así que, se acercó a ellas y se convirtió en una de ellas. Volvió a ser aquella pecosa que hacía travesuras, volvió a reír por cualquier cosa, perdió la sensatez, volvió a vivir aquellos años, en los que la vida, era de color ROSA.
Durante unos años, cambió su ropa por gasas de color LILA. Se convirtió en una preciosa hada. Cumpliendo con sus tareas cada mañana, abría flores, llenaba el río y al caer la noche, lanzaba estrellas al cielo para que iluminaran su camino. Vivía acompañada de seres místicos en un mundo repleto de fantasía, donde todo era hermoso, donde la magia brotaba de sus manos.
Su camino por la vida, la llevó por todo el mundo, a ritmo de samba, viajó hasta Brasil, donde el aroma del café impregnó todo su cuerpo, donde pisaron sus pies la tierra de la selva. Conoció a las tribus, se unió a ellas, aprendió sus danzas, se sentía segura entre aquellos extraños que ahora eran su familia, vivió en sus casas, habló sus lenguas, tuvo siempre a su lado una vieja dama vestida de MARRÓN, que le enseñó, que las cosas se logran con constancia.
Estando en un museo, se convirtió en GRIS estatua de frío metal, aunque un cálido corazón seguía latiendo bajo aquel duro pecho. Cada noche, al cerrar las puertas, sus ojos se abrían, su cuerpo cobraba vida y danzaba por la sala con una música que sólo ella escuchaba. Al llegar la luz del día, de nuevo se tornaba inmóvil y, al volver otra vez la noche, de nuevo en movimiento, así, día tras día, vivía la misma historia, deseando que llegara el momento de salir de esa rutina.
Pintó de ROJO sus labios carnosos. A cada paso que daba cogida de la mano de su amiga la noche, vibraban los suelos de las calles oscuras. Las curvas de su cuerpo, eran sus armas de mujer, le daban las fuerzas necesarias para jugar con los hombres al "querer y no poder". Un río de sangre hecho de llamas sentía arder por dentro. Atada de pies y manos, se dejó llevar por la pasión, vivió con intensidad ese momento, hasta que la calma llegó de nuevo.
Ahora era una bella dama vestida con la elegancia del NEGRO. Modelo de pasarela, una cautivadora vida que la podía llevar a los infiernos, una vida que a ella le pareció sencilla, sin llegar a comprender, que se hallaba sumergida en el más oscuro de los colores, hasta que frente a frente estuvo de ella, de la temida y negra sombra a la que todos llamamos, muerte.
Entonces miró hacia atrás y pudo ver su camino, su experiencia, su evolución, armas que utilizó para enfrentarse a tan horrible final. Cuenta la leyenda, que venció. Y tu? Vencerás?
N. del A: Esto lo escribí para el espectáculo llamado "Colours" de mi gran amigo Juan (http://yanohaylapizypapel.blogspot.com.es/2011/06/juan-en-movimiento.html) al que le debo grandes momentos de inspiración y los que nos quedan.. |